Trabajo, entre otras cosas, a cambio de dinero.
Puede que algún día mis hijos, pequeños, dependan de mí.
O puede que algún día mis padres, mayores, dependan de mí.
No pueden vivir solos. Nadie debería vivir solo, sin quererlo. La soledad involuntaria es muerte en vida.
Me pregunto qué haría, si se diera el caso.
Creo que tendría dos opciones:
· No estar, y trabajar y ganar más dinero para pagárselo a alguien, un/a canguro o un/a asistente/a, para que esté. Esté en mi lugar, digo.
· Estar.
Qué desperdicio, la primera.
O no.
Rober Sánchez