Desde hace unos seis años en casa comemos un poquito diferente, fuera de lo «normal». Todo empezó con la archiconocida dieta paleo. Hoy no identificamos nuestras opciones nutricionales con ninguna etiqueta dietética en particular.
Durante este tiempo los experimentos han sido varios y, sea por los motivos que sea –tampoco importa tanto cuando las consecuencias de la experiencia se imponen y se hacen clínicamente evidentes–, una de las conclusiones a las que hemos llegado es que el gluten no nos sienta muy bien. Y no somos celíacos.
No mentiré diciendo que nunca comemos gluten, porque cuando vamos a casa de alguien o nos invitan a comer por ahí se come lo que hay, se disfruta y punto. Pero lo que sí os aseguro es que en casa no entra gluten. Eso hace que nos situemos lejos de la desgastada Ley de Pareto y ni mucho menos consumamos gluten en una proporción de 80-20. A bote pronto me atrevería a decir que rondamos un 98-2.
Si comemos gluten en esa proporción, excepcionalmente, no nos pasa nada que nosotros percibamos. Si nos pasamos, los síntomas más habituales son hinchazón abdominal, estreñimiento y leves dermatitis.
Con lo difícil y caro que es encontrar comida de calidad sin gluten –la mayoría de lo gluten free procesado está infestado de porquerías peores–, para disfrutar de vez en cuando de algunos postres o panes diversos, experimentamos con recetas y mezclas de harinas libres de esta proteína.
Hoy solo quiero compartir uno de esos experimentos, fruto de una competición pastelera casera dominguera de este fin de semana, que ha quedado para chuparse los dedos, mérito absoluto de my sweet wife, Melisa. Mi brownie de boniato, especialidad de la casa que ya compartiré otro día, es un espectáculo, pero este carrot cake…
PASTEL DE ZANAHORIA SIN GLUTEN Y SIN LACTOSA
Para 6 personas.
Ingredientes para el bizcocho:
- 1 taza de harina de arroz
- 1/2 taza de harina de trigo sarraceno
- 1/4 taza de harina de teff
- 3 huevos
- 1/2 taza de leche de coco
- 1/2 taza de aceite de oliva virgen extra
- 1 plátano maduro
- 2 zanahorias
- Edulcorante al gusto: miel, azúcar de coco, azúcar de caña, sirope de ágave…
- 2 sobres de gasificante (en nuestro caso Hacendado)
- 1 cuchara sopera de canela molida
Ingredientes para el frosting/topping:
- 1 taza de anacardos (en remojo 24 horas y lavados)
- 1/4 taza de leche de coco
- 1 cuchara sopera de azúcar de coco
- 1 cuchara sopera de aceite de coco
- Canela molida
Instrucciones para el bizcocho:
- Mezclar bien las harinas.
- Batir a parte los huevos, el plátano y el edulcorante.
- Añadir el batido de huevos y plátano a la mezcla de harinas, y amasar añadiendo el aceite y la leche de coco para ir ligando la masa.
- Añadir a la masa las zanahorias crudas y ralladas, la canela y el gasificante, y acabar de amasar bien hasta conseguir una mezcla homogénea.
- Untar con aceite una bandeja de cristal (22×22 cm) y volcar la masa.
- Precalentar el horno.
- Hornear la masa 30-35 minutos a 180 grados.
Instrucciones para el frosting/topping:
- En un vaso grande, triturar los anacardos añadiendo agua poco a poco, con cuidado de no pasarse, hasta conseguir una pasta.
- Añadir a la pasta de anacardos el aceite de coco progresivamente, para ir ligándola y obtener una crema, con cuidado de no hacerla muy líquida.
- Añadir a la mezcla el azúcar y terminar de batir bien.
Instrucciones para servir:
- Dejar enfriar el bizcocho a temperatura ambiente.
- Cubrir el bizcocho con el frosting de anacardos.
- Espolvorear con canela molida.
- Dejar reposar una noche en la nevera.
Bon appétit!
O no.
Rober Sánchez