Os voy a contar un secreto. Un secreto que no es ningún secreto.
No es un secreto porque es una perogrullada como una casa y porque seguro que se lo habéis escuchado a un montón de gurús, no solo respecto al movimiento, sino para cualquier actividad.
Y es un secreto porque por muy obvio que resulta parece ser que casi nadie lo pone en práctica, visto lo visto, por lo que las consecuencias beneficiosas de un hecho como el que estoy a punto de describir solo las conocemos realmente unos pocos.
Hoy se os lanza el anzuelo para que os unáis a este selecto grupo practicante del siguiente secreto a voces:
Cuanto más haces algo, más haces algo
Que traducido al movimiento sería algo así, en mayúsculas:
CUANTO MÁS TE MUEVES, MÁS TE MUEVES
Si alguien no termina de entenderlo, una de mis referencias en esto del movimiento, Ido Portal, lo explica con algunas palabras más, no muchas más, porque no hacen falta más:
El cuerpo mejorará en lo que hagas… o en lo que no hagas.
Si no te mueves, el cuerpo mejorará en no moverse, bloqueando todos sus tejidos.
Si te mueves, el cuerpo te permitirá más movimiento.
O sea.
Si corres y saltas y te tumbas, boca arriba y boca abajo y de lado, y te cuelgas y te arrastras y gateas y te agachas, y levantas peso con un brazo y con los dos, y nadas y juegas, y te estiras y haces volteretas…
…tu cuerpo se hace mejor en todas esas cosas, algo así como moverse.
Si te sientas en el sofá, y te sientas en la silla, y te sientas en el coche, y te sientas en el metro, y te sientas en el sofá, y te sientas en la silla, y te sientas en el coche, y te sientas en el metro, y te sientas en el sofá, y te sientas en la silla, y te sientas en el coche, y te sientas en el metro, y te sientas en el sofá, y te sientas en la silla, y te sientas en el coche, y te sientas en el metro…
…tu cuerpo se hace mejor en todas esas cosas, algo así como no moverse.
Sencillo, ¿verdad?
Por eso, otra vez:
CUANTO MÁS TE MUEVES, MÁS TE MUEVES
La confusión del «más»
Es cierto que resumiéndolo como suelo hacerlo últimamente, por puro aburrimiento, con eso de «cuanto más te mueves, más te mueves», uno puede confundirse.
De hecho, cualquier especialista de algún patrón de movimiento se mueve más y más y más que nadie… El corredor corre más y más. El levantador levanta más y más. El ciclista pedalea más y más. El yogui estira más y más.
Es una lástima que lo hagan en un solo sentido, porque al especializarse en moverse en esa dirección también se especilizan en no moverse en otro millón de direcciones, lo que resulta en otro encorsetamiento poco móvil, en términos generales.
La cultura del movimiento que descubrí hace relativamente poco y que intento divulgar a través de este proyecto poco tiene que ver con un más de cantidad, sino que os invita a practicar un movimiento más de calidad y de diversidad, desde mi punto de vista mucho más saludable, sostenible y estimulante.
Y como llevamos semanas viendo, no hace falta ni hacer deporte, ni buscar resultado, ni nada parecido. Sólo moverse.
Práctica 8. Variedad postural extrema
Por eso esta octava práctica va a ser tan sencilla y tan difícil. Porque sí, ya llevamos mucho tiempo removiéndonos, y esto tiene que complicarse sí o sí.
Durante dos semanas, olvidándonos absolutamente de todo lo demás, vamos a centrar nuestra atención en variar nuestra postura de forma extrema, no por practicar contorsionismos ni movimientos espectaculares como los que solemos ver en Youtube, sino por cambiar de postura continuamente, estemos de pie o sentados, con muchísima frecuencia.
Ya veis, lo que decía, sencillo y difícil. ¿Seremos capaces de estar todo el día pendientes de la posición de nuestro cuerpo? Todo un reto…
Algunas ideas para cuando estamos de pie:
· Juntar las piernas.
· Separar las piernas.
· Doblar las piernas.
· Mantener el equilibrio sobre una pierna.
· Apoyar una pierna encima de una silla.
· Apoyar una pierna encima de una mesa.
Algunas ideas para cuando estamos sentados:
· Cruzar una pierna.
· Cruzar las dos piernas.
· Sentarnos sobre una pierna.
· Sentarnos sobre las dos piernas.
· Estirar una pierna.
· Estirar las dos piernas.
· Sentarnos en el suelo y practicar con las posiciones anteriores y todas las que se nos ocurran.
Un par de ideas metodológicas más:
· Imaginad, jugad, ¡experimentad! Probad todas las combinaciones posibles, cambiad los muebles de sitio, cread espacios de movimiento en casa y en el trabajo.
· No temáis por vuestra salud o la supuesta corrección de vuestras posturas. Primero, tenéis un cuerpo que os indicará cuando sois capaces de hacer algo y cuando no. Ya debéis ser unos expertos en escucharlo. Y segundo, recordad que cuanto menos os mováis menos os moveréis, y en esto cuenta cualquier postura sostenida en el tiempo, por muy correcta que sea. En realidad, podríamos matizar que hay posturas más seguras y eficientes, pero ¿correctas? Nada de eso…
La muestra definitiva que os puede servir de magnífica inspiración es este vídeo de dos minutitos de otra de mis referencias, Katy Bowman, que reproduce a cámara súper rápida una hora de trabajo practicando la variedad postural extrema.
¡No os lo perdáis!
¡¡Y copiadle!!
O no.
Rober Sánchez