…es que te salga bien.
Y no me refiero al «sé tú mismo» facilón, el de la espontaneidad y la transparencia barata tan de moda ahora, la era de la supuesta inteligencia emocional. En este sentido siempre somos nosotros mismos, todo el tiempo, por mucho que nos pese, por mucho que nos cueste aceptarlo.
Ser tú mismo se refiere a vivir la vida con coherencia hacia tus valores, a lo que realmente, esencialmente, profundamente consideras que es importante, algo que a menudo no hacemos, no sabemos hacer o (creemos que) no podemos o debemos hacer.
Por infinitos factores, la mayoría sociales, puede que no seas tú mismo.
Y, lo peor de todo, que encima te salga bien.
A mí me ha pasado varias veces.
Puede ser el trabajo, aunque te aburre, ya no tiene ningún sentido para ti, no cuadra contigo.
Pero te da un sueldo fijo a final de mes, y seguramente el siguiente, y el otro. Tienes horarios flexibles y vacaciones pagadas una o dos veces al año. Incluso tus superiores reconocen tu esfuerzo y dedicación. Es un trabajo envidiable, el que todo el mundo querría tener.
Puede ser tu papel familiar, aunque en tu interior tus relaciones familiares no acaban de fluir.
Pero tu familia confía en ti, lo darían todo por ti, eres el motor y, si pasa algo, siempre estás ahí. Te necesitan. No les puedes fallar. Eres el padre o el hijo perfecto.
O puede ser tu rol social, aunque has adoptado un papel que en realidad no va contigo y te has dado cuenta de que más bien eres como esperan que seas, o como debes ser, o como piensas que esperan que seas o que debes ser.
Pero eres importante para tus amigos, para tus vecinos, para tus compañeros. Todo el mundo te quiere, te aprueba. Tu opinión siempre cuenta. Te respetan. Te adoran.
Aparentemente todo te ha salido bien, aunque al no ser coherente con quien realmente eres, te está sentando fatal.
¿Cómo desprenderse de tantas «cosas buenas»? ¿Del éxito, del dinero, del reconocimiento, de ser imprescindible, de lo que uno debe ser?
Que te salga bien no ser tú mismo es, literalmente, una putada.
O no.
Rober Sánchez